Estuve desayunando varias veces aquí, y ya tenía ganas de comer un buen menú. El resultado fue muy malo, descubramos porqué...
Entro y me dan a elegir el sitio, en general con muy poca luz. Sigamos con las cosas mal hechas. Me dejan la carta y un Menú especial de jornadas de lechazo de 30 euros... les pregunto por el menú del día y me lo recitan, algo es algo. El pan está en la foto de arriba; magnífico
De primero elijo salpicón. Una ración generosa, llena de surimi y aceitunas ¡con hueso!, pepinillos y algún langostino. El aliño no existía y no entiendo nada. En fin, mal.
De segundo pedí carrilleras. La carne buena, las patatas para dárselas al cocinero y que se las coma él. De postre pedí un yogur y vamos con el resumen, que no puedo más.
Pese a ser un Hotel, aparcar está justillo, nula señalización del comedor y del menú que está escondido por los camareros no a la vista. Comedor agradable y poco iluminado, con zona al exterior. Atención sin ganas, con preguntas sin sugerencias, sensación de que si comes menú eres mal recibido. Pagas con tarjeta. Muy caro para la calidad que va en el plato. No creo que vuelva
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